La brecha digital no solo es cosa de niños, muchos adultos han tenido que adaptarse a la nueva situación y es que, en tiempos de Covid, teletrabajar y estudiar desde casa, está a la orden del día. Eso ha supuesto un contratiempo para muchos colectivos que carecen de equipos, competencias digitales e incluso acceso a internet.

Este problema se atribuyó en un primer momento al subdesarrollo y se percibió como algo pasajero que desaparecería con la popularización de la tecnología. En cambio, la fractura persiste hoy a pesar de la comercialización masiva de dispositivos electrónicos con acceso a Internet. Las causas pueden ir desde el alto precio de los aparatos mencionados a la falta de conocimientos sobre su uso o al déficit de infraestructuras para su acceso. En ocasiones se poseen las competencias para manejarse y los medios, pero no los conocimientos para hacer un buen uso. 

Pero esto de la brecha digital va más allá, también ha afectado a muchas empresas. Tras la crisis sanitaria, se han dado cuenta del problema que supone no contar con información de calidad en la red. Ha quedado en evidencia la existencia de barreras comerciales y ha surgido la necesidad de recortar esa brecha debido a que el consumo vía Internet se ha disparado en los últimos meses a ritmo constante y creciente.

Algunas de las empresas que se resistían al cambio, bien por la falta de confianza, el coste que ello supone o por la escasa formación digital de sus trabajadores, han tenido que dar el paso, especialmente por ese impulso del comercio electrónico. Por eso, en Tresimedia trabajamos diariamente para dar a las pymes el lugar que se merecen y descubrirlas el verdadero alcance del proceso de digitalización y de las implicaciones futuras de la tecnología en sus negocios.